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Try Again

Todo el semestre fue un experimento individual, grupal y de ideas. Si el propósito era averiguar qué tipo de arquitecta quiero ser, ciertamente se logró. Al comienzo cuando se escogieron grupos, no sabía qué esperar del taller, pues pensaba que íbamos a hacer competencias. La experiencia en grupo fue variada - un poco de todo. Esto me ayudó a entender mi estilo de trabajo y mi manera de pensar. Aprendí a negociar mis ideas, pues otros tienen ideas igual de buenas o mejores. Sin embargo, algunos compañeros parecen no haber aprendido eso.


Algo en el taller que no debió haber pasado fue la distribución de trabajo no equitativo a pesar de los esfuerzos del profesor. Creo que esto se debe a que no todos somos el mismo tipo de estudiante o no nos interesan los mismos temas. Por lo tanto, se tiende a dedicar más tiempo a eso que te gusta. Por eso, es lamentable que algunos compañeros se esforzaran más que otros dentro de un mismo proyecto. Esto siempre pasará, pues eran trabajos grupales. Creo que también se debe a la flexibilidad que teníamos de tratar cosas nuevas; no obstante, las ganas de perseguir un tema nuevo no debería afectar tu rendimiento en tus otras responsabilidades y más cuando es grupal.


Por otro lado, la dinámica del taller de tener la libertad de conocer temas nuevos y medios digitales ayudó a que yo comenzará a experimentar con otros tipos de representación y otros acercamientos teóricos al diseño. Esto abrió el mar de posibilidades de cómo ver la arquitectura, cómo explicarla y cómo aplicarla. Sin embargo, pienso que nuestros recursos en la escuela eran un poco tradicional o limitados (cuando hablamos de proyección por ejemplo).


Al ser un taller bastante innovador y poco común en nuestra escuela, era difícil de saber que venía después. Este hecho dificulta una mejor organización del curso, lo que a mí personalmente me hubiese gustado. Sin embargo, esto permitió que yo aprendiera a ser flexible y a resolver lo que viniera. El problema es que hay una producción durante el semestre que no se refleja necesariamente en un producto final al ser parte de una experimentación de ideas. Esto obligó a que en las semanas antes del jurado final tuviéramos que producir todo el producto final, contrario a si hubiésemos trabajado el mismo proyecto durante todo el semestre.


El tener como jurado personas de otras disciplinas ayudó a ampliar nuestra perspectiva de cada uno de los proyectos. La dinámica interdisciplinaria permitió que tomáramos en consideración otros aspectos a nuestro diseño. También, pienso que el proyecto de Micro-Matriz un poco demuestra ese afán por entender cómo la arquitectura se relaciona con el individuo y cómo es afectada por otros temas fuera de la arquitectura.


Además, el sacar el taller fuera de la escuela me pareció un cambio positivo. El poder intercambiar ideas con el iINAS o con el Prof. Arce me motivó a investigar sobre temas poco comunes en la arquitectura para perseguir durante mi maestría. Además, la libertad de poder conectarnos a través de blogs ayuda al estudiante y nos quita una presión bien fuerte que manejamos en semestres anteriores, además de que nos facilita el acceso a nuestro profesor. El hecho de que el profesor siempre estuviera mandando material de estudio, ya sea una lectura o un video, motivaba a que nosotros mismo buscáramos de qué otra manera podemos lograr o desarrollar una idea no tradicional.


Nuestro jurado final también ocurrió fuera de la escuela. Foundation for Puerto Rico nos abrió las puertas para exponer nuestras ideas a un jurado poco tradicional, lo que nos permite salir de nuestra burbuja de la escuela y pensarnos en un mundo profesional. Sin embargo, pienso que nuestra presentación no demostró nuestro trabajo en su totalidad. Creo que se debe a que no todos los compañeros pusieron todo su esfuerzo en el resultado final.


Personalmente, creo que mi desempeño en el taller comenzó bastante alto, disminuyó en medio del semestre, y luego volvió a subir. Se debe a que yo tenía una idea de qué iba a pasar y al mes no entendía nada. Me tardé bastante en acoplarme en la dinámica del taller, y muchas cosas podría mejorar como aprender a entregar las cosas a tiempo. Con mi resultado final estoy bastante satisfecha, pues sé que a pesar de las circunstancias, yo di lo mejor de mí para cada uno de los proyectos de los que fui parte aunque fuer solo por una parte del semestre. Algo que si me hubiese gustado, es recibir crítica del profesor más a menudo. Aunque entiendo que no es un taller común, pienso que el diálogo es una de las herramientas más importantes para el aprendizaje.


Le puse como título "try again", o trátalo de nuevo, porque eso resume bastante como yo me sentí durante el semestre. Cada vez que tenía una idea y venían dificultades, tenía que repensar cómo lo iba a lograr. Aplica cuando no encontrábamos el camino a seguir en los distintos proyectos. Aplica cuando el profesor decía "revisen sus trabajos". Aplica cuando no tenía ganas de escribir una reflexión. Aplica cuando el diseño no salía. Aplica cuando habían opiniones disidentes entre compañeros, etc. Aplica cuando intentaba aprender algún programa nuevo. Simplemente, aprendí a ser más flexible conmigo misma y a empujarme a dar más, lo que un taller de diseño debe lograr.




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